En julio del 2014 se creó el NBD (Nuevo Banco de Desarrollo) por los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) como una alternativa al Banco Mundial y al FMI (Fondo Monetario Internacional) y ahora son un grupo de países de gran peso en la escena internacional. En esa misma línea están el BAII (Banco Asiático de Infraestructuras Internacionales) que se contrapone al BAD (Banco Asiático de Desarrollo) liderado por Japón y el Banco Mundial, cuya misión es trabajar para el desarrollo económico y social en el mundo invirtiendo en infraestructuras sostenibles y en otros sectores productivos.
En esta misma línea se creó una asociación de países en Pekín en el 2016 y hoy tiene 87 miembros. Sus infraestructuras de transporte y de producción de energía, como presas, hidroeléctricas, gasoductos, así como asentamientos urbanos. Por ahora sus inversiones son mucho menores a las del BAD, pero van con crecimiento rápido.
Finalmente, el fondo que financia el proyecto ‘Un cinturón, una ruta’ fue creado en el 2014, cuando los chinos observaron que para transportar materias primas y manufacturas se tenía que recuperar a la Antigua Ruta de la Seda, así como parte de las inversiones que facilitarían las conexiones con Asia meridional y con el resto del mundo.
Por un lado, la ruta incluiría el uso continental hasta Amsterdam atravesando Asia central y por otro lado habría una ruta marítima que llegaría hasta Venecia desde el sudeste asiático y la costa oriental africana. Esta ruta ha propiciado la creación de relaciones estratégicas de muchos países de Eurasia con China.
Algunos expertos en geopolítica la definen como una nueva colonización, ya que China no trabaja en el proyecto en forma altruista, sino que se beneficia con los derechos de explotación de recursos y presta dinero con intereses para ser devueltos con los que se puede mandar a la población joven que está desocupada a trabajar por todo el mundo. Por su parte, los países en vías de desarrollo que reciben las inversiones y préstamos están contentos porque pueden realizar obras que electoralmente son beneficiosas, sin que el donante establezca condiciones políticas de ningún tipo.
A final de cuentas, la competitividad de precios hace que China sea hoy el principal socio comercial de la mayoría de los países del mundo. Aunque pueda parecer un método poco limpio, la verdad final es que las relaciones geoestratégicas de todos los países del mundo definan la política exterior de todos los Estados.
De modo que en China, la tasa de actividad ronda el 70% y la de desempleo no ha llegado al 5% en los últimos 17 años. Por otra parte, el fenómeno migratorio de las zonas rurales a las urbanas pone en peligro la capacidad de dar respuesta a la demanda de trabajo. En el 2000, la población urbana de China era el 35.87% del total, mientras que en el 2017 llegaba al 57.9%.
El Gobierno chino fue previsor y a principios del milenio creó una estrategia para fomentar las migraciones facilitadas por la inversión en infraestructuras en el extranjero. Además que en las regiones más pobre de China existen unas agencias para migrantes que procuran destinar a los habitantes de una misma región a un mismo país. De modo que facilita la integración de los recién llegados a una comunidad homogénea en etnias y en idiomas. Además de que China se beneficia mucho de las remesas y de las iniciativas empresariales de aquellos que regresan a su país con ahorros suficientes para iniciar sus propios negocios.
Por otra parte, los chinos han construido en Africa toda clase de edificaciones e infraestructuras, desde estadios de fútbol, hospitales, carreteras, vías férreas, etc. y la mayoría ha sido con mano de obra china. Esto nace de la voluntad – compartida por todos los chinos – de volver a ser la primera potencia del mundo, ya que consideran que el desarrollo de la familia, de la empresa y del país va intrínsecamente ligada al individuo, por lo que el éxito de un país será de hecho un éxito individual.
En el 2017 se calculaba que en Zambia habían 100,000 chinos trabajado y viviendo en forma ilegal. El resultado es que los ciudadanos africanos no se benefician de los empleos generados por la inversión en infraestructuras, pero si se benefician los chinos que se ven obligados a abandonar sus hogares para encontrar un trabajo y poder ahorrar para abrir su propio negocio cuando vuelven a China.
Eso ha propiciado que Francia y Reino Unido sean desplazados de esta región y para controlar a un socio comercial con importantes reservas naturales. Ya que China obtiene de Africa el 30% del petróleo que importa.
Adenda: Con esta información podría suponerse que China será pronto la nación que controle a todo el mundo, pero nada se puede pronosticar, cuando existe un líder mundial que es un psicópata al frente del gobierno de los Estados Unidos además de una crisis migratoria en Europa y el Medio Oriente como nunca había sucedido en la historia de la humanidad y un cambio climático en el Planeta que también es inédito desde el neolitico.