Después de las elecciones del pasado 24 de Septiembre en Alemania, en las que fue derrotada la socialdemocracia surgen muchos interrogantes. Entre los cuáles está la de la creación de una verdadera socialdemocracia que privilegie la política sobre la fuerza del mercado. En el nuevo parlamento alemán existen ahora 7 partidos divididos en 6 grupos parlamentarios.
La Democracia Cristiana (CDU), junto con la Unión Cristiana (CSU) obtuvieron un total de 37.9% de los votos nacionales, su peor resultado desde 1949. El Partido Social Demócrata (SPD) obtuvo el 20.5%, su peor resultado desde la fundación de la República Federal de Alemania. De modo que los dos grandes partidos social demócratas del centro y de la izquierda que habían formado una gran coalición solamente convencieron a poco más de la mitad del electorado alemán, una situación que jamás había sucedido.
En el nuevo Parlamento alemán hay siete partidos divididos en seis grupos parlamentarios. Además del CDU, el CSU y el SPD están el Partido Alternativa para Alemania (AfD) con 12.6%, el Partido Liberal (FDP) con el 10.7 %, el Partido de Izquierda (9.2%) y el Partido Verde con el 8.9%.
De estos inéditos resultados se concluye que la elección fue un voto contra la canciller Merkel y se avizora el comienzo del final de su etapa política. Ya que su estrategia electoral defensiva no funcionó. Los estrategas de Merkel pensaban que lograrían disminuir a los votantes de izquierda más que a sus propios votantes, ya que esas estrategias habían tenido éxito en el 2009 y en el 2013.
Por lo que quedan dos opciones para el SPD: la primera sería realizar una buena gestión en el gobierno que sería su conciencia social, pero arriesgándose a no ser ya una alternativa de la izquierda y sufriendo el mismo destino que el Partido Socialista Francés de casi desaparecer. Otra opción sería una refundación del SPD, como un partido de la izquierda de masas contra la corriente neoliberal imperante.
Por lo que se requiere hacer un análisis del desarrollo económico y social de las últimas dos décadas, tratando de entender como la política del SPD llegó hasta la situación actual. En el 2009, después del climax de la crisis financiera, el SPD perdió 11.2 puntos en las elecciones y cayó hasta el 23%. Y en el 2009 señala el punto culminante de la ruptura entre las fuerzas de trabajo y el capital que fue creado después de la Segunda Guerra Mundial, con la ayuda de los partidos socialdemócratas.
Pero con el auge del neoliberalismo a partir de los años 70,s los mercados financieros se liberaron y globalizaron, se debilitaron los sindicatos y el Estado social cambió por completo. Muchos partidos socialdemócratas abandonaron su posición ideológica y adoptaron los criterios de la nueva economía imperante.
Entre los años de 1998 y 2005, el SPP liberalizó los mercados financieros, privatizó parte de las jubilaciones y de las pensiones, modificó el sistema fiscal y cambió las reglas del mercado laboral. No solo los partidos socialdemócratas implementaron esas reformas y les dieron un impulso inicial, sino que el CDU-CSD, FDP y gran parte de la operación pública exigían muchas más reformas. En ese tiempo, el SPD, junto con el Partido Verde lograron una importante apertura de la sociedad. Y los efectos de la política económica y social que adoptaron contribuyeron a que los estratos más débiles de la sociedad que estaban inclinados hacia la izquierda y hacia el SPD votaran en gran parte por el AfD en las elecciones del 2017.
Según la historiadora Sheri Berman, la idea de la social democracia era combinar la primacía de la política sobre el mercado bajo la organización dominante del Estado. De modo que lo sucedido en las dos últimas décadas fue que los socialdemócratas no defendieron la primacía de la política, sino que aceptaron que el mercado global estaba primero. Y los partidos de derecha pudieron alcanzar el alto nivel que ahora ocupan.
Ellos proponen usar la influencia de la política para proteger a sus naciones, aunque dañen a otras. Usando respuestas muy distintas a las de la social democracia que son el nacionalismo contra la solidaridad internacional, el autoritarismo contra la democracia y la intolerancia contra la tolerancia.
Lo cierto es que los partidos socialdemócratas tienen que reconquistar la primacía de la política sin aceptar las políticas de los partidos de derecha. Esta reconquista implica proponer una nueva forma de organizar la globalización y no recortar el marco de acción política, económica y social para todos los países que están involucrados en ella.
También implica redemocratizar a la democracia reduciendo en forma radical el poder que ahora tienen los inversionistas institucionales sobre los países democráticos, ya que los partidos de derecha, incluyendo al AfD de Alemania no van a desaparecer de un día para otro.
De modo que la tarea del SPD, de los partidos socialdemócratas y de la izquierda en general será volver a ocupar la posición que garantiza la supremacía de la política sobre el mercado. Además de combinarla con un Estado democrático, una sociedad abierta y el respeto a las minorías.
Adenda: Lo que ahora sucede en Alemania es un fenómeno político, social y cultural que se extenderá por todos los países de Europa, del Medio Oriente y de gran parte del mundo actual. Cuyos mitos y principios legales están llegando a su punto final. Por más que intenten regresar a una realidad que ya no puede reproducirse.