Desde su discurso para lanzarse a la presidencia, Trump mostró una discriminación especial contra los mexicanos por el solo hecho de estar viviendo en territorio estadounidense. En forma hipócrita Trump condenó los atentados y dijo que con una sola voz nuestra nación condena el racismo, la intolerancia y la supremacía blanca, ya que estas siniestras ideologías deben de ser derrotadas.
No hay duda de que Trump es un claro síntoma de una sociedad muy polarizada que es fruto de la transformación de paradigmas políticos y sociales que provocan la exaltación de personajes desafiantes y sin valores.
Por lo que resulta muy preocupante que en la Cámara de Representantes dominada por demócratas se hayan aprobado leyes que exigen revisiones más estrictas como es el caso de quienes compran armas de fuego sin que el Senado haya hecho algo al respecto al aprobar esta nueva ley.
También es muy preocupante que el actual gobierno no levante la voz contra Trump porque en Estados Unidos están matando mexicanos y nuestro gobierno no quiere inmiscuirse en los asuntos internos de ese país utilizando la vieja frase de Juárez ‘El respeto al Derecho ajeno es la Paz’.