Dice Chomsky que ningún Estado puede considerarse que ha fracasado mientras haya una pequeña élite que disfrute sus ganancias y que sea ella misma la que lo administra y presenta al público los resultados de su administración convenientemente distorsionados. Según los altos funcionarios federales el desempleo en México significa menos del 5% de la PEA (población económicamente activa), la cifra de los ciudadanos con seguridad social supera el 70% de la población total, la prospectiva económica es muy halagüeña debido a las altas inversiones no especulativas externas proyectadas, los organismos criminales han sido derrotados, la educación básica ya no es la peor del mundo, el ingreso per cápita ha crecido, la pobreza ha disminuido, los organismos que proporcionan los servicios sociales del Estado son ahora mejores que antes y la política económica que imponen los Estados Unidos a través del Consenso de Washington, incluyendo la iniciativa Mérida -que todavía no entrega su financiamiento- son en beneficio de las clases sociales más menesterosas.

En los hechos, la realidad de México es muy diferente a la que señalan las cifras oficiales, al grado de que señalan un fracaso total del Estado:

1.- EL DESEMPLEO.- El INEGI indica que la PEA de México actual es alrededor de 50 millones de personas, de las cuáles menos de 18 millones están en el IMSS registrados como trabajadores de la economía privada, mientras que 4.5 millones provienen de la burocracia del Estado y de los sindicatos de empresas paraestatales. En números redondos existen alrededor de 27.5 millones de mexicanos que carecen de ingresos provenientes de la economía legal. Es obvio que para subsistir tienen que recurrir a la economía informal y a la economía del crimen organizado. El problema se agrava aún más con las restricciones que impuso EUA a la migración de mexicanos y la consecuente disminución de ingresos provenientes del extranjero para las familias de los migrantes que viven en México.

2.- COSTO PARA GENERAR UN EMPLEO.- Según los organismos cupulares del sector privado, para generar empleos formales en México dentro de una empresa que posea competitividad global, la inversión requerida supera los 2.5 millones de dólares por cada empleo, por lo que es imposible que el desempleo en México se supere en los próximos 20 años, ya que en el mejor de los casos, las inversiones extranjeras y de empresas nacionales competitivas en el mundo global apenas generarían unas decenas de miles de empleos por año, cuando se requiere una de casi un millón de empleos por año para que la microeconomía se reactive y llegue a los niveles de los años setenta. La verdadera opción para la creación de empleos en grandes cantidades en México son las empresas pequeñas y medianas, pero los costos de financiamiento y fiscales son tan altos que los obligan a irse a la economía informal o bien a cancelar sus nuevos proyectos. Las opciones restantes son la economía informal y la criminal. Por razones obvias, la que tiene más posibilidades y crece más rápido es la criminal.

3.- LA BANCA.- Las autoridades hacendarias responsables de las instituciones de crédito y de la paridad cambiaria han sido las responsables de promover una banca que no ha sido capaz de dar servicio a las empresas pequeñas y medianas. Tampoco ha tenido la inteligencia y el valor para evitar las operación de blanqueo de dinero de la economía criminal, creando un verdadero monstruo empresarial privado que obtiene las mayores ganancias en el mundo e impide el crecimiento de las empresas que pueden generar el número de empleos que requiere un país en desarrollo. Además de estos terribles errores de los funcionarios de Hacienda, la Banca Central ha traicionado a los mexicanos al aumentar sus reservas en dólares hasta una cifra histórica, ocasionando por una parte la sobrevaluación del peso frente al dólar, con el consecuente fracaso de todas las empresas productoras que exportan al extranjero y de las comercializadoras de productos de fabricación nacional; cuando esas reservas o buena parte de ellas debieran emplearse para la disminución de las enormes deudas con grandes réditos que contrajeron Pidiregas y otros organismos del Estado durante los gobiernos de Zedillo, de Fox y del propio Calderón.

4.- LA ECONOMÍA CRIMINAL.- No sólo ha originado la huida de los grandes inversionistas extranjeros y mexicanos buscado inversiones menos riesgosas fuera de México o simplemente los paraísos fiscales que les parecieron más seguros y rentables. Este proceso de desinversión ha influido en la deserción de alumnos en las universidades y en las instituciones de educación superior, ya que sus familiares no pueden sostenerlos y si llegan a graduarse en sus carreras profesionales no encuentran fuentes de trabajo adecuadas y se ven obligados a realizar tareas que no corresponden a su rango académico, ni a la inversión que realizaron sus familiares. Por lo mismo, muchos de ellos intentan emigrar, otros realizan actividades ajenas a sus estudios, sobreviven en el ocio o aceptan puestos en la economía criminal.

5.- PERDIDA DE LA AUTONOMIA DEL GOBIERNO FEDERAL.- Muchos años antes de que se publicara el Consenso de Washington en 1989, los Gobiernos de México habían renunciado a planificar la economía y las finanzas nacionales, ya que el Gobierno de los Estados Unidos, a través de sus instituciones bancarias y financieras no solamente dictaba la política a sus gobernantes, sino que imponía a los principales operadores de la economía y las finanzas. Desde Lamadrid hasta Calderón, los ministros de economía y finanzas, así como los operadores del Banco de México fueron seleccionados por los dirigentes financieros y economistas norteamericanos de sus instituciones oficiales. Al perder su autonomía los gobiernos mexicanos de las últimas tres décadas prohijaron la dependencia económica casi total de los Estados Unidos, olvidaron la importancia de la investigación y el desarrollo científico convirtiendo a las universidades e institutos tecnológicos en tristes réplicas de sus institutos de educación superior, pero convencidos de que los universitarios mexicanos nunca serían desarrolladores ni inventores, cuando mucho alcanzarían a operar los desarrollos de los inventores estadounidenses.

6.- DECLINACION DE LA SOCIEDAD.- Esto originó que gran parte de la sociedad mexicana perdiera la fe en si misma y se convirtiera en un súbdito total de la sociedad norteamericana y una adicta a todos sus paradigmas, mitos y satisfactores. Todo esto empobreció a la sociedad mexicana al grado de que casi tiene un 50% de ciudadanos en condiciones de pobreza, la clase media alta desapareció y sólo subsistió una devaluada clase media baja y un gobierno títere que acata sin pestañear lo que imponen los poderes fácticos encabezados por el ex presidente espurio Carlos Salinas, la endiablada lideresa del gremio magisterial Elba Esther Gordillo, el impune duopolio televisivo y la media docena de multimillonarios dueños de los principales monopolios nacionales.

CONCLUSIONES.- A pesar del humor negro de Chomsky que señala que no existen estados fallidos cuando aún quedan unas cuantas personas que lo explotan. No hay duda que el Estado mexicano ha sido un fracaso completo para la gran mayoría de los 110 millones de mexicanos, pero es el momento oportuno de que su sociedad civil reaccione con determinación para expulsar por la vía pacífica a la mayoría de sus funcionarios. Aunque esto parezca imposible o muy difícil, no lo es tanto cuando se piensa que ya no hay nada que perder y que la lucha debe realizarse en beneficio las nuevas generaciones. Sin intentar grandes reformas políticas, los mexicanos pueden idear infinidad de actividades de muy baja inversión y alto índice de empleo que puedan rescatar al País de la inopia material y moral que ahora padece.

UNA PROPUESTA ESPECÍFICA.- Crear y documentar por todos los medios rutas turísticas de la arquitectura virreinal y mesoamericana para reactivar el turismo extranjero ilustrado. Este simplísimo proyecto podría generar cientos de miles de empleos en todo el País y producir un ingreso al Estado de un par de decenas de miles de millones de dólares, con los que el Estado podría liberarse de la agobiante tutela de los Estados Unidos y adquirir los mecanismos de inteligencia más avanzados para expulsar de México a la economía criminal y regresar a la etapa de desarrollo que existía cuando su Gobierno era autónomo y la economía criminal aún no tenía poder.

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