La oleada actual de migraciones del Gran Medio Oriente y de Africa hacia Europa no tenían esa magnitud desde la Segunda Guerra Mundial. No obstante, sus orígenes son totalmente distintos, a pesar de que todos los medios de Occidente, sin excepción, pretenden explicarlos mediante los conflictos ocasionados por la guerra civil de Siria, de los derivados de las acciones de la ‘yihad’ en todas las regiones alrededor de Europa y de las pretensiones expansionistas de Rusia en los territorios de Ucrania.
Pero el análisis que realizan los organismos autónomos internacionales como la ACNUR (Agencia de Refugiados de las Naciones Unidas) pone al descubierto la complejidad de este fenómeno migratorio, ya que la cifra de más de 800 mil emigrantes con rumbo hacia Europa es más del doble de los 300 mil que provienen del conflicto sirio y en su mayoría provienen del Africa subsahariana y de otros países africanos como Eritrea y Nigeria, cuyos pobladores originales fueron desplazados de sus tierras por las adquisiciones que hicieron grandes empresas estadounidenses y alemanas dedicadas a la producción de transgénicos para la elaboración de hidrocarburos, particularmente el ‘biodiesel’
Es muy difícil comprender la actitud de los países de Occidente y aún la de los países árabes, ya que es una mezcla enigmática entre la indiferencia y la hipocresía. No es creíble que la Primer Ministra de Alemania, Angela Merkel y el Presidente de los Estados Unidos Barak Obama desconozcan las inversiones en terrenos agrícolas africanos y ucranianos de sus macroempresas que producen transgénicos y no es creíble que ambas naciones crean posible ocultar ante un mundo digitalizado sus maléficos propósitos de controlar las principales fuentes energéticas y alimenticias.
Parece una comedia de mal gusto que Angela Merkel ya haya planteado para la reunión de Sept. 14 con las demás naciones de la UE la condición imprescindible de ‘repartir cargas’ y si la UE fracasa en su intento de dar soluciones a la oleada de migrantes, los 28 Estados corren el riesgo de romper el principal vínculo que ahora une a Europa que son los Derechos Humanos Universales. A pesar de la amenaza de Merkel, el bloque europeo del Este, encabezado por Hungría, Polonia y la República Checa acaba de volver a rechazar con firmeza el plan de albergue del bloque Occidental, ya que están en condiciones muy precarias y no podrían formar parte de dicho proyecto.
En los hechos, la vieja Europa muere de vejez. Necesita urgentemente de trabajadores, estudiantes y personas que vivan, trabajen, consuman y sostengan a un sistema cercano al colapso total. Europa requiere de trabajadores y de mano de obra de todo tipo, ya que ahora mismo está paralizada a pesar de ser una de las regiones más dinámicas del mundo. El problema se agravará en los próximos meses y años. A la pobreza y al hambre nada las detiene: ni las alambradas ni las medidas policiales extrema.
Por otra parte Oriente Medio es un polvorín lleno de odio, guerras, violencia y terrorismo. El Magreb es una sombra de lo que fue y sus famosas primaveras árabes siguen encubiertas con el mismo autoritarismo y despotismo de siempre. Mientras que Ucrania y la vehemencia permanente de Rusia provocan oleadas de inmigrantes y los Balcanes siguen inmersos en un estancamiento económico y social que los paraliza y aunque son candidatos a ser miembros de la UE en el futuro próximo no parece que reaccionarán.
Paradójicamente, mientras Europa envejece y no cejan los flujos migratorios de gente joven, su respuesta es la xenofobia, la negación, la exclusión y la expulsión a quiénes vienen de fuera. Mientras cobran mayor fuerza los partidos de ultraderecha y el populismo demagógico de algunos líderes que levantan muros protectores y alambradas contra los migrantes que generan el aplauso de las mayorías. Realmente Europa requiere de cientos de miles de inmigrantes para poder asegurar y desarrollar su actual sistema económico y de bienestar social.
Pero faltan valor e ideas para que el inmigrante no sea concebido como una amenaza o como una persona que quitará las fuentes de trabajo a los nacionales. La Europa del futuro inmediato requiere de esos inmigrantes, pero por desgracia las mafias humanas carecen de compasión y de sentimientos y nada sucederá si los europeos continúan mirando hacia el lado de la indiferencia, la arrogancia y la soberbia.
No menos despistada y ajena a la realidad es la actitud del Papa Francisco, quien quiere que toda Europa se movilice ante el problema migratorio y no sea solamente una parte de ellos. Según su vocero oficial Federico Lombardi, el Papa quiere que toda la comunidad católica de Europa sea animadora de un proceso de acogida cariñosa para quienes huyen de la guerra. Lombardi también explicó que el llamado del pontífice convoca a ‘cada parroquia, cada monasterio, cada santuario y comunidad religiosa para que acoja a una familia de refugiados’.
El llamado del Papa – dice Lombardi – es a la solidaridad y a una respuesta creativa y generosa que nace del corazón del Papa en el contexto de preparación del Jubileo de la Misericordia, donde se debe actuar a través de las obras y no de un plan operativo predeterminado. También señaló Lombardi que el Papa anunció que las dos parroquias que se encuentran dentro del Vaticano, la Iglesia de Santa Ana y la Basílica de San Pedro serán las primeras en acoger cada una de ellas a una familia de refugiados. Luego añadió el Papa: ‘Queridos religiosos, los conventos vacíos no son nuestros, son para la carne de Cristo que son los refugiados. Cierto, no es una cosa simple, se necesitan criterio, responsabilidad y coraje.’
A pesar del discurso del Papa, el cardenal obispo de Esztergom, Peter Erdo afirmó que la iglesia de su País (Hungría) no puede responder a la invitación del Papa, porque asistir a los migrantes ´podría ser calificado como ilegal, como un tráfico de seres humanos’.
Adenda: Solo como un comentario que comprueba la existencia de seres humanos con conciencia moral. Ayer se anunció en Islandia – un país de 331,000 habitantes – la oferta de 11,000 familias para dar abrigo gratuito en las casas donde residen por tiempo indefinido a los inmigrantes, sin que exista ninguna condición étnica o de nivel económico o educativo.