Hacia una economía ´low cost´

 

Los productos para consumo de la nueva sociedad ya no van dirigidos a una clase influyente y con poder adquisitivo. Las empresas denominadas ‘low cost’ van imponiendo nuevos modelos en el mercado global. En función de esta nueva realidad el Estado de la mayoría de las naciones occidentales ha tenido que ir asumiendo este nuevo reto al sistema económico, sin renunciar a los valores y conceptos del estado de bienestar, mientras asume como propios los valores del modelo estadounidense basado en la privatización de los servicios esenciales y resumiéndolos en un axioma muy simplista, pero efectivo, al considerar que la ocupación laboral crecerá en esta forma, mientras se reducirá la función administrativa y recaudatoria del Estado.

Esta situación ya no es una hipótesis, sino una realidad, mientras han aparecido nuevas economías como las de China, la India y Brasil que están transformando el juego mundial de las finanzas y están cambiando radicalmente la configuración social, económica y política del nuevo mundo globalizado. El país mexicano no es una excepción y en los hechos ya está inmerso en este inesperado proceso evolutivo de la sociedad humana, con el acelerador adicional que representa la vecindad geográfica con la mayor economía del mundo actual.

Según los principales analistas económicos del mundo, la opción idónea para resolver este problema es la de regresar a la original forma de la democracia, con un mayor control de la clase política de parte de los electores, a una revolución ética de las conciencias que descubra todo el saqueo acumulado en décadas por la clase política, considerando las inesperadas riquezas de sus familias sin haber realizado trabajos productivos. Podría ayudar la renovación total de las listas de electores, crear una circunscripción única que evite repeticiones con fuertes penas por corrupción en los procesos electorales, limitación de mandatos, declaraciones patrimoniales y dar un punto final a la carrera política como ‘profesión’ o ‘negocio’.

Reconstruir una nueva democracia donde los políticos dirigentes electos vean por el bienestar de sus electores y no busquen el propio en forma acelerada como actualmente sucede en todo el mundo Occidental con diferentes niveles de hipocresía y control de la información. Quizá algunas de las políticas que pudiesen frenar la destrucción actual de la clase media serían, en primer lugar un regreso a una economía de bienes reales, estableciendo límites muy estrictos a todas las entidades financieras y regulando con fuerza sus actividades. De esa forma las sociedades de Occidente deberán recuperar sus bases industriales y productivas que fueron el origen de la prosperidad después de la Gran Guerra y volver a los modelos económicos que aún practican países como Alemania, Corea, Australia y la mayoría de los países escandinavos.

Debido a que los Estados Unidos es la única nación desarrollada de la que se disponen estadísticas abiertas al público, mediante un breve análisis de éstas se pueden encontrar los principales síntomas de este fenómeno, exhibiendo el nivel de desigualdad alcanzado en la gran nación norteamericana y el aterrador nivel de pobreza de sus habitantes que no se presentaba desde la gran recesión de los años treintas. Algunas de las estadísticas económicas más notorias son:

1.- El 83% del total de las acciones están en manos del 1% de la población.

2.- El 61% de los americanos llega al fin de mes debiendo dinero a la banca de ahorro.

3.- Las dos terceras partes del crecimiento de los ingresos entre 2001 y 2007 fue para el 1% de la población.

4.- El 36% de los norteamericanos no aportan dinero para su pensión, por lo que no pueden retirarse, ya que de hacerlo caerían en la pobreza, tal como ahora ha sucedido en los últimos 5 años.

5.- El 43% de los americanos han ahorrado o conseguido para su pensión menos de 10,000 dólares, con lo que no pueden subsistir ni por un año.

6.- En el año de 2009 más de 1.4 millones de familias se declararon en bancarrota.

7.- En 1950 la proporción de ingresos de los ejecutivos de empresas era alrededor de 30 veces el sueldo promedio de los demás trabajadores, pero a partir del 2000, con la desregulación del capital financiero esta proporción cambió hasta 300 a 500 veces a 1.

8.- En el 2007, la inmensa mayoría de las familias solo disponía del 7% de los activos financieros existentes, por lo que ahora todas están sin ahorros.

9.- El 50% del total de familias en los Estados Unidos solo posee el 1% de la riqueza nacional.

10.- Los bonos de brokers y ejecutivos de Wall Street crecieron 17 % en 2009, en una operación de injusto e ilegal rescate bancario realizado por el Estado con cargo a los causantes fiscales de la clase media.

11.- Actualmente 40 millones de norteamericanos utilizan cartillas alimenticias subsidiadas por el Estado desde que estalló la crisis financiera.

12.- 21% de los niños estadounidenses viven por debajo del nivel de pobreza reconocido por la PNUD.

13.- A pesar de la crisis financiera y del apoyo público a bancas e instituciones financieras, el número de desempleados aumenta mientras ha crecido el número de millonarios en un 16 %.

14.- Por último, el 10% de las familias con mayores ingresos acaparan el 50% del ingreso del país.

Conclusiones.- A sólo dos meses del cambio de la Presidencia en México, se puede observar que el sistema neoliberal actual ha desembocado en una preferencia total por el capital especulativo y el futuro de las naciones occidentales es muy incierto, ya que han dejado de utilizar el dinero para crear productos y llevarlos al público mediante un sistema que generaba gran cantidad de empleos. Este fenómeno actual de destrucción de la clase media no es privativo de los países occidentales, ya que los demás países del mundo han adoptado, sin ninguna razón visible el modelo estadounidense y están propiciando la mayor crisis de desempleo en la historia moderna.

Para el caso de México, la situación empeora, ya que la clase política de las últimas tres décadas ha sido formada en instituciones norteamericanas y no tienen la menor idea de cómo resolver una problemática de esta naturaleza. El mexicano sensible a esta realidad no puede explicarse cómo podrían pensar de forma distinta los principales asesores del candidato Peña Nieto, encabezados por Salinas y sus colaboradores, Aspe, Córdoba Montoya y Levy.

Desde una visión objetiva y patriota, López Obrador es el único candidato que podría enfocar el problema de una forma similar a como lo hizo Lula en Brasil, al liberarlo de la tutela de los Estados Unidos, aplicando una política económica de grandes inversiones en infraestructura que detonaron el empleo que están llevando a la nación sudamericana a las primeras posiciones en la economía mundial.

México tiene la ventaja adicional que gracias a la desinversión norteamericana en la producción industrial, actualmente no alcanza a suministrar sus insumos y están llegando capitales europeos, asiáticos y australianos a México para atacar a su gran mercado. Sólo en el ramo de la industria siderúrgica, metalmecánica y automotriz se esperan inversiones por casi dos decenas de miles de millones de dólares en los próximos 5 años que podrían significar cerca de cinco millones de nuevos empleos en la economía formal, con servicios sociales de primera clase.

No hay duda de que los poderes fácticos de los monopolios televisivos mexicanos, de unas cuantas empresas protegidas del Gobierno actual y naturalmente la tutela norteamericana buscan convertir a las próxima elecciones presidenciales en una cuestión estadística manejada por sus leales servidores, pero no será fácil contener a la clase media de una nación que sabe perfectamente que quedará en la calle sino echa fuera del poder político a la corrupta élite política y económica que ahora dirige al País.

(Imagen tomada de Internet / Derechos reservados por el autor)