Cuando se constituyó el Estado Vaticano en 1929, la fuerza política de la ultraderecha y los movimientos fascistas y nazistas estaban en su apogeo mientras se iniciaba un estado comunista en Rusia. Predominaba en Europa una mente colectiva que presumía la superioridad de ciertos grupos étnicos sobre otros y se consideraba necesaria la eliminación de algunas etnias inferiores para mejorar la capacidad intelectual y moral de las generaciones venideras. La consecuencia de esta psicopatología social de esa época condujo a la sociedad humana a una de las masacres más horribles de toda la Historia y a la destrucción de toda la infraestructura productora de bienes y servicios que proporcionaba el sustento de los pobladores de Europa, llevándolos al momento más dramático de su vida y propiciando el período de depresión económica más prolongado de los tiempos modernos.
Alegando, como ahora, su condición de una institución apolítica, el Vaticano quedó bajo el control de los nazis y no pudo hacer absolutamente nada para proteger o amparar a sus feligreses y a la infinidad de personas inocentes y ajenas al conflicto bélico que desató Hitler por toda Europa. Por desgracia han existido infinidad de documentos que señalan la relativa facilidad con la que el Vaticano se sometía al mandato alternativo de los diversos grupos que llegaban al poder y su poca o nula intervención a favor de los intereses de los grupos populares que decía representar. Señalo esa situación de voluptuosidad del Vaticano en ese momento crítico, porque ahora sucede lo mismo, con la salvedad de que no se han presentado los eventos bélicos, con la captura y aniquilación de quiénes eran considerados miembros de etnias inferiores.
La renuncia inesperada de Ratzinger, no ha sido, como pretende el Vaticano, y los medios informativos de Occidente, la consecuencia natural de su edad avanzada y de su incapacidad para enfrentar la enorme cantidad de conflictos hacia el interior del estado eclesial, sino la inercia de una institución obsoleta que pretende instalarse en una realidad que ha sido totalmente modificada por los desarrollos científicos y tecnológicos de las últimas décadas. En varias de las fuentes informativas más confiables de Argentina se dan pormenores de la condición ‘profundamente conservadora y reaccionaria’ del Nuevo Papa, de su homofobia y de su falta de acercamiento a los nuevos desarrollos científicos con relación a la neurología, al sexo y a la procreación.
1.- Para el Nuevo Papa no es aceptable el matrimonio entre homosexuales y ha sido un opositor abierto – sin ningún argumento científico – de la ley que los aprobaba desde julio del 2010 en Argentina.
2.- También se opuso a la ley de ‘identidad de género’ del 2012 que autoriza a travestis y transexuales a registrar sus datos oficiales con el sexo que hayan elegido.
3.- Se opone a todo tipo de eutanasia.
4.- Se opone al uso de cualquier tipo de preservativos, aún cuando exista problema de contagio con el ‘sida’.
5.- En todos los casos de pedofilia que enfrentó en su diócesis, siempre se negó a hacer comentarios a los medios masivos, tal como ha sucedido con las altas autoridades eclesiales católicas en todas las regiones del mundo. Aunque no existen pruebas de que los haya protegido.
6.- Ha instruido a su grey católica de bautizar a todos los bebés, sin importar que provengan de una relación extramarital.
7.- Se le acusa de coadyuvar con el régimen dictatorial de Videla de 1976 a 1983, además de no haber protegido a dos compañeros jesuitas que fueron secuestrados y maltratados por dicho gobierno.
8.- En la opinión de todos los expertos del medio eclesial, el Nuevo Papa no hará ningún cambio en la posición tradicional de la Iglesia, en el uso de preservativos, en el uso de anticonceptivos hormonales de emergencia, en la eliminación del celibato, ni en el rol secundario de las mujeres en la Iglesia. Tampoco habrá cambios en el trato a divorciados, a homosexuales ni en la prohibición del aborto.
9.- El Nuevo Papa considera que existen graves peligros en el proceso de globalización ya que se pierden las identidades regionales y también se opone a la existencia de ideologías ya que en su opinión generan conflictos y violencia.
10.- Es de la idea de permanecer en una especie de centro político abstracto, mientras se opone tanto a los ‘excesos’ del liberalismo como del socialismo.
En este breve resumen de los principales conceptos que son interpretados por la Iglesia se puede observar que el papa Francisco I es una persona con una formación intelectual muy limitada, tanto en el ámbito de las funciones políticas y sociales como en el conocimiento de la ciencia moderna. Como era de esperarse, el Vaticano prefiere mantenerse a distancia de las funciones políticas y sociales como del conocimiento de la ciencia moderna. Prefiere mantenerse a distancia de las innovaciones científicas y culturales, quizá por vocación natural de sus viejos cardenales electores actuales, o quizá por sugerencia de sus socios inversionistas que no han quedado satisfechos con el fracaso total de sus operaciones financieras que fueron realizadas durante el período de Ratzinger con los nuevos conceptos de la banca especulativa actual.
También es posible que el Estado Vaticano ya no tenga ninguna misión que cumplir en Europa, donde sus creyentes siguen a la baja desde mediados del siglo 20, por lo que es el momento de cumplir con una labor de respaldo a los Estados Unidos, donde la grey hispano parlante va en aumento y determinará al triunfador en sus próximas elecciones. Tampoco debe descartarse que la ultra derecha internacional busque establecer un equilibrio político con el movimiento socialista que ha cundido por toda la región Sudamericana.
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