A casi dos horas de camino carretero hacia el noreste de Praga se encuentran los restos de un maravilloso palacio barroco en la diminuta comunidad de Kuks. Hacia fines del siglo 17 arribó un aristócrata heredero de una gran fortuna que era el conde Frontisek Antonin Spork. De inmediato contrató al famoso arquitecto italiano Giovanni Batista Allipandi para desarrollar un proyecto de balneario con aguas termales en la margen izquierda del río Elba y un hospital en la orilla opuesta destinado a albergar a unos cien veteranos de la guerra y ancianos de esa región.
Junto al balneario construyó un lujoso palacio barroco que se convirtió en una versión muy personal de corte real con muchos más lujos que los palacios monárquicos comunes, mientras su balneario superaba a las vecinas termas de Karlov Vary y de Spa. Spork era un aristócrata librepensador y agnóstico con las ideas de la Ilustración, por lo que su actividad filantrópica era en realidad una forma eufemística de burlarse de las supuestas acciones caritativas de sus vecinos jesuitas. En pocos años el palacio se convirtió en una sede de huéspedes distinguidos en las artes como Bach y Vivaldi. No obstante la presencia de grandes artistas musicales y filósofos, lo que más trascendió de la maravillosa obra arquitectónica financiada por el conde Spork fue la invitación que hizo a Matthias Bernard Braun, uno de los más grandes escultores barrocos de esa época en toda Europa para realizar 24 alegorías de los principales vicios y virtudes reconocidos por la sociedad europea de esa época.
Entre 1717 y 1719 Matthias Bernard Braun esculpió en las piedras locales las 24 alegorías y vicios justo alrededor del edificio del Hospital que se encontraba en una pequeña colina junto al río. Esto permitió que esa maravillosa producción escultórica se salvase de una gran inundación que destruyó por completo el balneario y gran parte de las edificaciones, con excepción del montículo donde se construyó el Hospital. A través de Braun, el conde Spork logró expresar su conciencia moral agnóstica, su alto nivel de ironía en la crítica social y la mofa general a la cultura colectiva de su época. Cuando murió Spork, la edificación quedó en manos de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios con sede en España. En el año de 1743 continuaron el servicio de la residencia de ancianos hasta 1938. Luego se convirtió en una casa correccional de niños y jóvenes y desde 1972 fue un refugio para ancianos.
Entre las principales esculturas alegóricas de Braun destacan los vicios sobre las virtudes por la obvia inclinación de Spork y de su escultor favorito a mofarse de los conceptos bíblicos y de la moral cristiana. En la alegoría de la ‘desesperación’ una mujer se clava un puñal en el corazón y sobre una piedra a sus pies están las sogas que supuestamente la mantenían atada. La ‘frivolidad’ es representada por una joven bailarina con una diadema en la cabeza, mientras sujeta con la mano izquierda un velo y con la diestra se sube la falda hasta las caderas, creando una imagen llena de movimiento y lascivia que es sin duda la de mayor belleza entre todas sus esculturas. La ‘Glotonería’ es una mujer gorda que está bebiendo vino con una corona de parra en su cabeza. Con una mano se apoya en un cerdo, mientras con la otra sujeta una fuente de frutas y de comida que mira con gran codicia. En la ‘envidia’ una viejita escuálida se muerde la lengua con rabia. Las serpientes se enroscan en su cuerpo y a sus pies ladra un perro encolerizado. De esa escena escultórica se deduce que la envidia consume a las personas.
En las esculturas que representan a las virtudes destacan la ‘sabiduría’, donde una mujer se ve en el espejo y tiene a una serpiente enroscada en su brazo representando a la inteligencia como una fina alusión a la serpiente de la primera mujer en el mundo según la Biblia. La sabiduría puede ver al mismo tiempo al presente y al pasado, mientras visualiza el futuro en el espejo. La ‘esperanza’ es una mujer semidesnuda con un caracol en su cabeza y apoya su pie en un ancla, símbolo de la esperanza.
Aunque el conde Spork mandó realizar otras muchas esculturas a Braun para expresar su rechazo a sus vecinos jesuitas, construyó una iglesia barroca espectacular dentro de su castillo e instaló la primer farmacia de la región con bases científicas. Pero lo que aparece como un verdadero milagro del barroco en toda la República Checa es la obra escultórica de Braun, en una nación donde se había instalado la versión más clásica y pura de la arquitectura, la escultórica y la plástica renacentista. Se podría decir que la primera y única incursión del pensamiento ilustrado de Francia hacia el este de Europa generó un milagro que por razones desconocidas no ha sido impulsado por los gobiernos checos de los años recientes cuando el turismo en Praga es multitudinario y sus sistemas de transportes y de vías de comunicación han mejorado de una manera notable.
Hasta el año de 1995 el Estado checo se apropió el castillo y lo declaró Monumento Nacional. Entonces hizo reproducciones de las 24 alegorías de vicios y virtudes de Braun que conserva en el interior del edificio del Hospital a salvo de la gran cantidad de lluvias ácidas en esa región y todo el predio está administrado por el Instituto para la Preservación de la Herencia Cultural (NPÚ). Además de estas maravillosas esculturas, Braun realizó muchas otras ‘in situ’ en todos los terrenos de la villa de Kuks que no tienen ninguna divulgación y son, como las del Hospital, verdaderas obras de arte con una dimensión universal y comparable a las de Miguel Angel.
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