Según Adey Berkan, defensor de la salud universal, la OMS está liderando un refuerzo para promover la cooperación internacional en la búsqueda de tratamientos y vacunas contra el Covid-19. Pero Trump se negó a unirse a ese esfuerzo aislando a Estados Unidos del resto del mundo. Pregunta Berkan que si Estados Unidos es el primero en desarrollar una vacuna ¿ se comprometería a compartirla con otros países y se aseguraría de que no haya patentes que eviten que otros países y empresas produzcan en masa esas vacunas?

Biden fue tajante y dijo ‘lo que estamos haciendo carece de toda dignidad humana’. Así que la respuesta es sí, sí, sí y hacer esto no solo es bueno, sino que nos beneficia muchísimo.

El año pasado, India y Sudáfrica pidieron una renuncia a las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que rigen la propiedad intelectual de la tecnología relacionadas con la pandemia. Desde entonces se les unieron decenas de países, la mayoría en desarrollo. Mientras que unos cuantos países ricos, como Estados Unidos se oponen a la renuncia.

Por lo que gran parte del mundo espera lo que hará Biden. Ya que existe un enorme consenso a favor de la renuncia que incluye a decenas de premios Nobel y a ex mandatarios del Reino Unido, Canadá, Costa Rica, Francia, Malawi, Nueva Zelanda y muchos otros países.

En realidad, este asunto es más complicado que el de la admisión de refugiados. Es muy fácil desestimar los argumentos de las grandes farmacéuticas de que el levantamiento de las prestaciones de la propiedad intelectual ahogará la innovación, dadas las enormes ayudas públicas que sustentan la creación de vacunas.